Amante de la toga, Miguel continúa en el ejercicio de la profesión tras más de treinta y cinco años al servicio de sus clientes y compañeros. Miguel Cuéllar Portero define su paso por la profesión como vertiginosa y responsable con su oficio que viene de casa. Se trata de la 4ª generación de abogados de su familia. Aquel joven, que tenía intención de dedicarse al periodismo, finalmente se decanta por la abogacía, a la que considera hoy su pasión y su vocación.
1-. ¿Por qué decidiste dedicarte a la abogacía?
Al terminar lo que en mis tiempos era COU y selectividad inicié mis pasos hacia el periodismo, pero por circunstancias de la vida acabé estudiando derecho. El derecho en cierto sentido llegó a mí y tuve la suerte de disfrutar del magisterio de grandes catedráticos y juristas en mi época de estudiante en la Facultad de Derecho de Sevilla. Además, en mi casa el derecho siempre ha tenido su espacio propio, soy la 4ª generación de abogados en mi familia.
2-. ¿Qué le hubiera gustado saber a Miguel antes de comenzar la carrera de derecho?
Me hubiera gustado saber el nivel de intensidad, el sofocón que se lleva un abogado que ha preparado un juicio o un procedimiento a conciencia y que ha defendido a alguien que probablemente tenga razón, pero que, finalmente, sale mal… Esa intensidad de sufrimiento personal que se genera en nuestro fuero interno cuando nos tomamos la profesión en serio es sin duda un aviso que me hubiera gustado recibir antes de ponerme la toga la primera vez. Ese trago hay que pasarlo y no se minimiza con el paso del tiempo.
3-. ¿Qué diferencia Zurbarán Abogados de otros despachos de abogados?
Es una pregunta complicada, hay todo tipo de despachos: despachos muy grandes, medianos o pequeños. Algunos más especializados que otros y otros diferentes por muchas razones que no pasaremos a enumerar… Yo entiendo que el conocimiento técnico se presupone a todos los despachos, un cierto nivel de conocimiento del derecho. Los abogados saben derecho. Por tanto, diferenciaría a Zurbarán Abogados en la forma de entender el ejercicio de la abogacía. Tenemos una mezcla interesante entre generaciones más veteranas y generaciones jóvenes, que tienen muchísimo talento y que juntas tratan de ofrecer un servicio artesanal del derecho para que no se pierda esa esencia de abogado cercano que realmente se implica y acompaña a sus clientes. Nosotros no perdemos nuestro origen con carácter sevillano y que realmente puede marcar una diferencia en la atención que ofrecemos a todas las personas y empresas de nuestro entorno.
4-. Ya acabamos Miguel, ¿Una película que no debería faltar en la casa de un miembro de Zurbarán Abogados?
Matar a un ruiseñor, tanto la película como el libro.
5-. ¿Y un libro?
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
6-. ¿Un lugar del mundo en el que perderse?
Corfú, la isla de Grecia y Cazalla de la Sierra, Sevilla, mi pueblo materno.